Artículo publicado en el anterior blog, censurado por facebook, en julio de 2012.
Gianpaolo Barbieri nació en Milán en 1938, en una familia de comerciantes de telas. Justo en el centro comercial de los tejidos de su padre adquirió las habilidades que son útiles en la toma de la fotografía de moda. Pronto siente una poderosa fascinación sobre la interpretación, y entra en la escuela de teatro Pronto se convierte en actor, diseñador de vestuario y operador.
Su fascinación por el cine y la pintura le introdujo en el mundo de la fotografía: "Siempre estuve fascinado por el cine y la pintura –de hecho, trabajó como actor en algunas cintas de Luchino Visconti-, y a los 15 años tenía ya mi primera maquina fotográfica. Con ella sacaba fotos desde pequeño y poco a poco sentí que debía dedicarme a ello, ya que mis fotografías comenzaban a gustar cada vez más; así empecé con la profesión. Primero retrataba a los nuevos aspirantes a actor en “Cine Città” en Roma, y desarrollaba mis propios negativos en un pequeño apartamento donde vivía en el centro de la misma ciudad."
De allí su salto al mundo de la moda como fotografo profesional. Trabajando para revistas como Vanity Fair, Vogue y GQ , fotografiando a actrices comoe Audrey Hepburn o Angelica Huston, o realizando campañas publicitarias para firmas como Valentino, Versace, Dolce & Gabbana y Armani.
En los años 90 tras viajar por distintos países del hemisferio sur publicó sus fascinantes libros "Ecuador" (1999), Tahití (1989), Madagascar (1994) o Tahití tattoo 2 (1998). Una la trilogía sobre el cuerpo y la naturaleza. Un trabajo realizado en formato medio y gran formato, que busca las formas de los cuerpos, la naturaleza, y la espontaneidad de los nativos que posan para él. El estudio sobre los tatuajes en Tahiti es un trabajo muy completo, desde la mirada de alguien que admira esos poderosos cuerpos.
Tuve ese libro mucho tiempo. La belleza de los cuerpos esos hombres y sus tatuajes y la forma natural en que viven siempre me dio un especie de melancolía por no poder ir a visitar esas tierras y esos mares.
ResponEliminaMuy bueno.
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