LA ABLACIÓN DE CLÍTORIS EN LA INGLATERRA DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX
Durante varios siglos en la puritana Inglaterra se
practicó la ablación de clítoris a mujeres que intentaron vivir en libertad.
Esta bárbara costumbre se trasladó a Escocia y Canadá. (Artículo censurado por facebook en el anterior blog, llegué a esta información gracias a Jordi Petit)
Al igual que en los siglos
anteriores, en la
Inglaterra victoriana la mujeres estuvieron ligadas a la
voluntad de los varones. Una mujer que quisiera
independizarse lo tenía muy difícil, si además era lesbiana su vida
podía complicarse enormemente, estaban supeditadas al varón, no se les
suponía sexualidad, ni tenían derechos.
Algunas optaban por
escaparse de casa y travestirse para vivir como hombres, creían que
invisibilizarse las haría más libres. Corrín un grave peligro pues si eran
descubiertas todo el rigor de la ley caía sobre ellas.
Para aquellas que optaran
por quedarse en casa y no aceptar la voluntad de sus padres y esposos les esperaba
un horrible tratamiento, la ablación de clítoris. Aun hoy se desconoce
el origen de esta práctica en Inglaterra, si que conocemos que la
sufrió un importante número de mujeres que no se resignaban a sucumbir a la
voluntad de sus todopoderosos padres, hermanos o esposos.
La excusa acostumbraba ser la
prevención de la promiscuidad o la infidelidad femenina. Creían que si la mujer
no tiene deseo sexual, se reducen las posibilidades de que busque el sexo fuera
del matrimonio, con lo cual el honor de la familia está a salvo. En muchos
casos, se consideraba que sólo el hombre debe sentir el placer sexual. La mujer
no tenía derecho al placer, como tampoco tenía derechos políticos o civiles.
Los libros de medicina trataban los “trastornos femeninos” como si de animales
de compañía se tratara.
En la Inglaterra victoriana
el lesbianismo no era considerado delito, pero no por defender la autonomía
sexual de las mujeres, más bien todo lo contrario, pues no se les consideraba
aptas para realizar determinadas actividades, el lesbianismo no era aceptado
como causa de divorcio. Formaba parte de lo que concebían como "trastornos femeninos".
Y tenía una cura terrible.
Una de las causas de estos
"trastornos" era una actividad considerada "indecente": la
masturbación. “Esta práctica,
decían, producía la histeria,
epilepsia, catalepsia, ninfomanía y lesbianismo.” (1)Para "curarla"
se había ideado un remedio: la clitoridectomía (ablación de clítoris). El
clítoris se le consideraba un órgano masculino, otro motivo para su
eliminación.
Desconocemos en que momento
se inició esta horrible práctica en Inglaterra, dado la escasa atención
científica de los libros de medicina al clítoris o a
los órganos sexuales de la mujer. Salió a la luz pública en 1866
cuando un médico ginecólogo inglés, Isaac Baker Brown, defendió
públicamente este tratamiento ante la comunidad médica. Al mostrarlo
abiertamente provocó un duro debate en la sociedad londinense, lo que causó la expulsión de este
médico de la Sociedad
de Obstetricia de Londres (194 a 38 votos) y la posterior
prohibición médica de esta práctica
Posteriores investigaciones
en los registros de la oficina quirúrgica de Cambridge, y entre la pesca
de la ballena y la salud del vice-rector, se encontraron una amplia relación de
casos en los que un tutor masculino (padre, hermano o esposo) llevaba a una
mujer para que le practicaran la clitoridectomía por unos 200 o 300
guineas. En Escocia también se encontraron registros que mostraban la
realización de esta práctica.
En apoyo del ginecólogo
Browm salió el periódico Times y el arzobispo de Canterbury. En su defensa
alegaron que una treintena de colegas suyos la habían practicado y ahora eran
los mismos que lo acusaban. El cristianismo oficial, como es costumbre, se
puso en contra de los derechos de las mujeres, tanto anglicanos como católicos.
Aunque la comunidad médica
condenó esta práctica en Inglaterra la ley no lo prohibió hasta 1985. Se tiene
la sospecha de que se siguieron realizándose de forma oculta. También
se cree que se practicaron en Escocia y Canadá, hay indicios de que está
práctica se trasladó a la
América colonial y Australia, aunque se desconoce su verdadero alcance.
Hoy la ablación de clítoris
aun se realiza en 28 países. Sus orígenes pueden ser muy variados y
depende de los países y sus tradiciones, en algunos casos se defienden como una
cuestión de “identidad cultural”. Estos países no conciben que haya
mujeres sin circuncidar. También se habla de la cuestión de género: la ablación
es una forma de distinguir a la mujer del varón. De forma errónea se considera
que el clítoris es semejante al pene masculino, y sólo extirpándolo la mujer
consigue su feminidad.
(1) Sexual mutilation, madness and
the media. Suplemento literario del TIMES.
Increíble
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