LA HOMOSEXUALIDAD EN EL CINE DE LA POSGUERRA
Después del cody Hays y la Segunda
Guerra Mundial, la homosexualidad en el cine quedó relegada al ámbito de la
marginalidad. Gays y lesbianas sólo podían ser los malvados. Pero, ¿siempre fue
así?
El código Hays
fue un reglamento privado de producción cinematográfico que determinaba, con
una serie de reglas restrictivas, aquello que se podía ver en pantalla y lo qué
no en las producciones estadounidenses. Su autor fue un mediocre y gris
político republicano llamado William Hays. Desde 1934 y hasta 1967 fue un
sistema real de autocensura sobre la producción cinematográfica. Imponía normas
morales y atacaba duramente cualquier forma de representación de la
homosexualidad.
En la
posguerra fue el neorrealismo italiano el primero en presentar la
homosexualidad de forma negativa. Por ejemplo, intentó exagerar la maldad
de los nazis añadiendo a los perfiles de sus personajes tics y referencias
claramente homosexuales y afeminadas. El nazismo no sólo era malo para los
crímenes cometidos, además eran unos sádicos homosexuales, amantes de prácticas
recargadas y masoquistas.
Uno de los
grandes filmes de la posguerra es sin duda "Roma Cittá Aperta", obra
maestra de Roberto Rossellini de 1945. El autor nos presenta el sacerdote como
un ejemplo de la bondad humana y el compromiso de lucha contra el fascismo,
curiosamente era miembro de una institución con buena la relación con el
régimen de Mussolini. En cambio en el oficial austriaco exagera sus gestos con
un evidente amaneramiento, sugiriendo una posible homosexualidad, su
colaboradora era un ser amoral como lo son las mujeres colaboracionistas,
tampoco aquí huye de mostrar el lesbianismo de una de ellas. La homosexualidad
era una conducta denigrante, caracterizar el malo como tal exageraba sus rasgos
negativos. El mismo Visconti lo utilizó en alguno de sus filmes, "La Caída
de los Dioses" o "Ludwig" fueron buenos ejemplos.
El cine
negro, especialmente el americano, también optó por presentar a los malos como
perversos homosexuales o afeminados, formaban parte de una sociedad decadente y
corrompida. El homosexual puede ser elegante, amanerado, amante de la buena
vida; una tarjeta perfumada o un gesto afeminado lo delatará. Para la industria
cinematográfica era culpable de su sexualidad y de su vida depravada, lo que le
llevaba a la muerte en la mayoría de las ocasiones.
El
personaje de Waldo en "Laura" es un claro ejemplo de ello. A través
del plano que se nos muestra al principio del film, descubrimos una estancia
perfectamente ordenada, enseña que Waldo le gusta el arte, la ropa y el buen
vino. En un mundo donde reina una cierta incultura, con la presencia incluso de
un prostituto masculino, Vicente Price, el refinado columnista homosexual es el
asesino.
La motera
Mercedes McCambridge a Touch of Evil (Sed de mal) encarna el estereotipo de la
sádica malvada y lésbica. Este personaje aparecerá en otros filmes, siempre de
negro, siempre amargada, siempre llena de odio. Johnny Guitar es un buen
ejemplo.
Pero no
siempre aparece en negativo, un ejemplo es el film "El Sueño Eterno"
(1946) dirigido por Howard Hawks e interpretado por Humphrey Bogart y Lauren
Bacall. En una de las primeras escenas Philip Marlowe visita al general
Sternwood, éste recibe a los hombres en el invernadero, le encanta ver los
sudar bebiendo coñac.
El general
contrata al detective con el pretexto de investigar el chantaje a una de sus
hijas; pronto Marlowe se dará cuenta de que lo que en realidad le preocupa al
general es la desaparición de su "musculoso" acompañante. Vivian
(Lauren Bacall) será la encargada de señalar, con cierto desprecio, que su
padre está más interesado en saber qué le pasó a su "acompañante" que
desapareció misteriosamente. Marlowe sigue investigando y se encuentra con un librero
traficante de pornografía. Más adelante aparece su cadáver que inmediatamente
vuelve a desaparecer. Cuando al final reaparece, un joven ha adornado su cama
con velas y flores. No es ni su hijo, ni un familiar, es su amante.
En The
Maltese Falcon (1941), John Huston añadió su firma a una de las mejores
novelas de Dashiel Hammet. Como en "El Sueño Eterno" la
homosexualidad aparece de forma más o menos evidente. Para el personaje de
Cairo, Huston añade una referencia que aparece en "Adiós Muñeca" de
Chandler, donde un abogado con mucha pluma aparece con una tarjeta muy
perfumada. Peter Lorre habituado a estos personajes, no dejará dudas sobre su
orientación sexual.
Pero Huston
va más allá, "Fat man" (el gordo) tiene un guardaespaldas a quien
"ama como un hijo", al que Sam Spade le hará ironías sobre el tamaño
de sus pistolas. Huston señala seguramente que en realidad se trata de un
"chapero" con armas que no sabe utilizar.
La historia
de Leopold y Loeb ha sido llevada varias veces al cine. La historia de los dos
amantes asesinos fascinó en una industria donde la homosexualidad sólo podía
aparecer de forma muy negativa. Compulsión (1956) o La Soga (1948) son dos de
los seis veces que el cine ha tratado el tema.
En el fondo
recordad, es cine: hecho del material con que están hechos los sueños.
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