APUNTES PARA UNA HISTORIA LGTB DE ESPAÑA (IV PARTE FRANQUISMO Y TRANSICIÓN)
Publicaciones sobre la historia LGTB de la España bajo el franquismo y la transición, publicados en éste bloc o en el anterior bloqueado por facebook. Recuerdo que para acceder a toda la información es necesario cliquear los enlaces en azul.
Durante los 30 primeros años del siglo XX muchos intelectuales optaron por desacreditar cualquier apariencia de homosexualidad en sus rivales políticos o intelectuales, usaron ura práctica muy extendida en la literatura hispánica: la injuria homofóbica.
Miguel de Molina (1908-1993) fallecía en Buenos Aires negándose a volver a España, el estado que lo maltrató y lo obligó a exiliarse. Fue uno de los grandes representantes de la copla o la llamada "canción española". Pasó la mayor parte de su vida en el exilio donde murió sin querer regresar a España.
Durante el franquismo la homosexualidad se consideraba una enfermedad y el homosexual un pervertido. El régimen franquista se basaba en la moral católica ultraconservadora que la consideraba aberrante y contraria a la ley natural. El homosexual era considerado una amenaza para el prototipo de "varón macho falangista" y era tratado como un delincuente enfermo, como los violadores o los infanticidas.
La exaltación del macho, dentro del ejército y especialmente la legión, llegaba a la exageración. Al igual que en la Alemania nazi esta exaltación no estaba exenta de un evidente homoeritismo, que incluso se evidenció en films como "A mi la legión" (1942) o "Harka"(1941).
La biografia de Juan Soto nos muestra como fueron estos centros y como se vivía en ellos. El origen de su mote procede de su internamiento en el horrible Campo de Concentración de Nanclares de Oca. Nada mas entrar les formaron: "Los que sean invertidos que den un paso al frente", sabían que si daban un paso al frente lo iban a pasar mal, pero ni no lo daban sería mucho peor. Dio el paso al frente y le pusieron mote, como su última detención fue en Barcelona le tocó "La Catalina", mas adelante lo transformó en Katy.
Nadie como las personas transexuales sufrieron la terrible represión del franquismo. Se considera que la mayor parte de los 5000 represaliados lo eran, por el simple hecho de visualizarse, pues ser transexual era un delito.
La Guerra Civil significó el cierre de todos los locales en los que podían acudir. Salir con ropas del "sexo opuesto" a las calles podía significar palizas, detenciones y todo tipo de humillaciones públicas. El franquismo no distinguía homosexualidad de transexualidad, una persona trans visualizaba aquello a lo que el fascismo reinante mas temía "el afeminamiento de la especie".
La función de la mujer bajo el franquismo era la de dar placer e hijos al hombre (macho), ser el ama de casa y una buena madre de familia. No tenía sexualidad, ni se podía hablar de ello. La idea de que dos mujeres podían sentir satisfacción manteniendo sexo entre ellas era inadmisible. La mujer debía ser sumisa y jugar un papel pasivo en el sexo evitando demostrar placer.
Los hombres homosexuales tenían mas o menos conciencia de su condición, la mujeres raramente. Las lesbianas no existían, no se hablaba de ello. Sufrían una doble discriminación: por ser mujeres y por ser lesbianas.
En 1970 se vivía un ambiente de liberación sexual que no gustaba a las mentalidades carpetovetónicas que gobernaban el país. La mayoría de países estaban despenalizando la homosexualidad, en nuestro país las personas trans, al igual que las lesbianas y gais, eran cada vez mas conscientes de su identidad y orientación, y luchaban para salir a la calle y visualizarse. La juventud masculina se dejaba crecer el pelo, las chicas dejaron las faldas para ponerse pantalones. El franquismo creía que esto iba acabar con las esencias patrias.
Y como suele ocurrir en nuestra historia en lugar de optar por la apertura, al grito de "Santiago y cierra España" optaron por una de las leyes mas retrógradas y represivas en contra de la homosexualidad: La Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social.
Mas influidos por el mayo francés que por los sucesos de Stonewall, en 1970 Armand de Fluvià (Roger de Gaimón) y Francesc Francino (Mir Bellgai) crean la Agrupación Homófila para la Igualdad Sexual (AGHOIS) que un año mas tarde es la base del Movimiento Español de Liberación Homosexual. En 1972 se reúne por primera vez, existiendo también ya algún grupo en Bilbao y Madrid.
El poeta Julio Mariscal (1922-1977) optó por el aislamiento, por un lento y terrible suicidio. Queda huérfano a los 11 años de edad, siendo desde entonces su gran refugio afectivo su madre, a la cual veneraba, ella será su refugio, pero también la causa de la negación de su propia sexualidad y de una exagerada religiosidad.
En marzo de 1976, Antoni Ruiz tenía solo 17 años y confesó a su familia su homosexualidad. La reacción no fue la esperada, la madre pidió ayuda a una monja que inmediatamente informa a la Brigada Regional de Investigación Criminal. A la madrugada era detenido, eran las 6 de la mañana.
Aquí empezó un largo periplo: primero en la Jefatura Superior de Policía donde estuvo tres noches sin dormir, sufrió malos tratos, vejaciones y fue violado (un policía lo puso en contacto con otro preso "Este es maricón como tu, aprovecha"). Mas tarde pasó al Juzgado de Peligrosidad Social, allí siendo menor le obligan a firmar el ingreso a "un colegio", le engañaron.
A partir de los años 80 empieza un lento cambio en el trato que la izquierda española daba a la homosexualidad. Sin duda la labor de activistas como Armand de Fluvià, Jordi Petit, Empar Pineda o Germà Pedra provocó un cambio de actitud en las fuerzas progresistas. España era una sociedad mayoritariamente homófoba y defender los derechos LGTB podía hacer perder apoyos.
Durante los 30 primeros años del siglo XX muchos intelectuales optaron por desacreditar cualquier apariencia de homosexualidad en sus rivales políticos o intelectuales, usaron ura práctica muy extendida en la literatura hispánica: la injuria homofóbica.
Pasados mas de 75 años del asesinato de Federico García Lorca periódicos como el ABC o la Razón raramente citan su homosexualidad, cómo si este hecho fuera ajeno a su poesía. Incluso cuando citan los "Sonetos de Amor Oscuro" suelen insinuar que van dirigidos a una mujer. El mismo Vicente Aleixandre se sorprendía en 1983 sobre cómo se evitaba este término, pues para él "había que aceptar en Lorca al hombre entero", y planteaba que "no se puede comprender su obra sin tener en cuenta su homosexualidad".
Durante el franquismo la homosexualidad se consideraba una enfermedad y el homosexual un pervertido. El régimen franquista se basaba en la moral católica ultraconservadora que la consideraba aberrante y contraria a la ley natural. El homosexual era considerado una amenaza para el prototipo de "varón macho falangista" y era tratado como un delincuente enfermo, como los violadores o los infanticidas.
Nadie como las personas transexuales sufrieron la terrible represión del franquismo. Se considera que la mayor parte de los 5000 represaliados lo eran, por el simple hecho de visualizarse, pues ser transexual era un delito.
La Guerra Civil significó el cierre de todos los locales en los que podían acudir. Salir con ropas del "sexo opuesto" a las calles podía significar palizas, detenciones y todo tipo de humillaciones públicas. El franquismo no distinguía homosexualidad de transexualidad, una persona trans visualizaba aquello a lo que el fascismo reinante mas temía "el afeminamiento de la especie".
Los hombres homosexuales tenían mas o menos conciencia de su condición, la mujeres raramente. Las lesbianas no existían, no se hablaba de ello. Sufrían una doble discriminación: por ser mujeres y por ser lesbianas.
En 1959 Manuel de Pedrolo escribía "Un amor fora ciutat", en él contaba la historia paralela de dos homosexuales que se confiesan a sus esposas. Corren los años 50 y, en España, la homosexualidad es un delito. Pedrolo presenta una realidad que se daba, la de los matrimonios como tapadera y la profunda infelicidad que se producia por ambas partes.
Y como suele ocurrir en nuestra historia en lugar de optar por la apertura, al grito de "Santiago y cierra España" optaron por una de las leyes mas retrógradas y represivas en contra de la homosexualidad: La Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social.
El poeta Julio Mariscal (1922-1977) optó por el aislamiento, por un lento y terrible suicidio. Queda huérfano a los 11 años de edad, siendo desde entonces su gran refugio afectivo su madre, a la cual veneraba, ella será su refugio, pero también la causa de la negación de su propia sexualidad y de una exagerada religiosidad.
Aquí empezó un largo periplo: primero en la Jefatura Superior de Policía donde estuvo tres noches sin dormir, sufrió malos tratos, vejaciones y fue violado (un policía lo puso en contacto con otro preso "Este es maricón como tu, aprovecha"). Mas tarde pasó al Juzgado de Peligrosidad Social, allí siendo menor le obligan a firmar el ingreso a "un colegio", le engañaron.
Intelectuales y políticos españoles de la transición defendían argumentos abiertamente homófobos. Durante la república la situación no fue muy distinta.
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